Los primeros auxilios, son medidas terapéuticas urgentes que se aplican a las víctimas de accidentes o enfermedades repentinas hasta disponer de tratamiento especializado. El propósito de los primeros auxilios es aliviar el dolor y la ansiedad del herido o enfermo y evitar el agravamiento de su estado. En casos extremos son necesarios para evitar la muerte hasta que se consigue asistencia médica.
Los primeros auxilios varían según las necesidades de la víctima y según los conocimientos del socorrista. Saber lo que no se debe hacer es tan importante como saber qué hacer, porque una medida terapéutica mal aplicada puede producir complicaciones graves.
Cualesquiera que sean las lesiones, son aplicables una serie de normas generales. Siempre hay que evitar el pánico y la precipitación. A no ser que la colocación de la víctima lo exponga a lesiones adicionales, deben evitarse los cambios de posición hasta que se determine la naturaleza del proceso. Un socorrista entrenado ha de examinar al accidentado para valorar las heridas, quemaduras y fracturas. Se debe tranquilizar a la víctima explicándole que ya ha sido solicitada ayuda médica. La cabeza debe mantenerse al mismo nivel que el tronco excepto cuando exista dificultad respiratoria. En ausencia de lesiones craneales o cervicales se pueden elevar ligeramente los hombros y la cabeza para mayor comodidad. Si se producen náuseas o vómitos debe girarse la cabeza hacia un lado para evitar aspiraciones. Nunca se deben administrar alimentos o bebidas y mucho menos en el paciente inconsciente. La primera actuación, la más inmediata, debe ser procurar al paciente una respiración aceptable: conseguir la desobstrucción de las vías respiratorias para evitar la asfixia, extrayendo los cuerpos extraños —sólidos o líquidos— y retirando la lengua caída hacia atrás. Si el paciente no respira por sí sólo habrá que ventilarlo desde el exterior mediante respiración boca a boca hasta disponer de un dispositivo mecánico.
El segundo aspecto a corregir es el referente al sistema circulatorio, para evitar el shock. Se deben valorar la frecuencia cardiaca y la tensión arterial. Una valoración inicial se obtiene tomando el pulso: permite valorar la frecuencia y ritmo cardiaco, y su “fortaleza” nos indica una adecuada tensión arterial. El shock o choque es un trastorno hemodinámico agudo caracterizado por una perfusión inadecuada, general y duradera, de los tejidos que pone en peligro la vida. Los signos característicos son la piel fría y húmeda, los labios cianóticos (azulados), la taquicardia y la hipotensión arterial (pulso débil y rápido), la respiración superficial y las náuseas. Estos síntomas no son inmediatos; el shock puede desarrollarse varias horas después del accidente. Para evitarlo debe mantenerse abrigado al paciente e iniciar lo antes posible la perfusión de líquidos y electrolitos por vía intravenosa. Está prohibido administrar fármacos estimulantes y alcohol.
A continuacion, algunas acciones a realizar en caso de:
Fractura o esguince
Tanto el esguince como la fractura se acompañan de gran dolor e inflamación, pero la impotencia funcional (incapacidad para mover la zona afectada) y la deformidad son propias de las lesiones óseas. Hasta que se descarte una fractura, los esguinces graves se deben tratar como lesiones óseas; sólo la radiografía puede confirmar el diagnóstico.
Dependiendo del aspecto de la fractura externo, vamos a distinguir dos tipos:
Fractura cerrada:en la que el hueso está roto pero la piel ha quedado intacta.
Fractura abierta: en la que el hueso está roto y además la piel ha quedado lesionada.
Dependiendo del aspecto interno del hueso al romperse, distinguimos:
Fractura Oblícua:ractura en ángulo con el eje.
Conminuta: el hueso queda fracturado en muchos fragmentos más o menos pequeños.
Espiral: la fractura gira alrededor del eje del hueso.
En tallo verde:el hueso se ha fracturado de forma incompleta, sólo se dobla.
Síntomas de las fracturas
Las características de una fractura son:
Dolor intenso, que además aumentará conforme intentemos mover la zona.
Deformidad de la parte del cuerpo lesionada.
Amoratamiento o enrojecimiento de la zona afectada.
Incapacidad de movimiento.
Hinchazón.
Primeros Auxilios en caso de fractura
Si nos encontramos en una situación en la que una persona ha sufrido una fractura, lo primero que haremos será calmar a la víctima para que sea más fácil lograr los siguientes pasos:
Le retiraremos los anillos, pulseras, relojes o todo aquello que se encuentre en el miembro afectado y que al hincharse pueda causar más dolor o dificulte la inmovilización del miembro.
Inmovilizaremos la fractura, colocando un cabestrillo o entablillando el miembro. Para esto podemos utilizar un periódico enrollado o tablillas de madera. Se deberá inmovilizar el hueso lesionado tanto por encima como por debajo.
Si la piel presenta ruptura, y por tanto nos encontramos ante una fractura del tipo abierta, para prevenir que se infecte, se deberá tratar de inmediato. La enjuagaremos suavemente para retirar todo aquello que la pueda contaminar tratando de no frotarla con demasiada fuerza.
La cubriremos con alguna gasa estéril.
Quemadura
es una lesión en la piel debido al contacto o exposición de un agente peligroso, como son el calor, el frío, la electricidad, las radiaciones del sol o ciertos productos químicos.
El cuerpo humano tolera temperaturas de hasta 40º C; por encima se pierde la capacidad natural de la piel de regenerarse.
Una quemadura puede ser dolorosa o no, dependiendo de su grado. El grado de una quemadura está determinado por su localización en el cuerpo y por la profundidad a la que llega en la piel.
-Quemaduras de Primer Grado: solo afectan a la capa más superficial de la piel, y se caracterizan por un enrojecimiento de la piel que duele al contacto, comúnmente las encontramos cuando la persona ha tenido una exposición prolongada al sol. Son las más frecuentes de encontrar, sobre todo en el verano.
-Quemaduras de Segundo Grado: son un poco más profundas, y su característica principal es la aparición de ampollas. Las ampollas son un sistema de defensa ante la quemadura: protege de las infecciones y, con el líquido que contienen, hidratan la herida y ayudan a la cicatrización. Estas quemaduras son muy dolorosas.
-Quemaduras de Tercer Grado: en estas quemaduras podemos ver tejido carbonizado, las terminaciones nerviosas encargadas de transmitir el dolor se destruyen, de ahí que se diga que las quemaduras de tercer grado no duelen.
Estos son algunos de los pasos que debemos llevar a cabo a la hora de tratar de dar primeros auxilios a una persona que presente quemaduras:
-La asistencia inmediata del quemado es sencillamente eliminar la causa de la quemadura: apagar las llamas, retirar el producto químico del contacto con la piel…, todo ello para disminuir la agresión térmica. Para apagar las llamas, se debe hacer que la persona ruede.
-Buscar otras posibles lesiones como hemorragias, fracturas… Se tratará siempre primero la lesión más grave.
-En quemaduras de primer grado, cremas hidratantes y especialmente el aloe vera resultan muy beneficiosas.
-Refrescar la zona quemada: para ello, podemos aplicar agua en abundancia (20-30 minutos) sobre la superficie quemada, evitando que sea muy fría, porque podemos provocarle hipotermia. Previamente, hay que quitar al quemado ropas, joyas y todo aquello que mantenga el calor.
-Envolver la lesión con gasas o paños limpios, humedecidos en agua. El vendaje ha de ser flojo.
Hay ciertas acciones que en ningún caso se deben llevar a cabo, ya que resultarían dañinas para el enfermo:
-Aplicar pomadas, cremas, pasta dentífrica… sobre la quemadura. Sólo agua.
-Enfriar demasiado al paciente, solamente la zona quemada.
-Dar agua, alcohol, analgésicos… por vía oral.
-Romper las ampollas, pues el líquido que contienen protege de la posible infección. Al romperlas abriríamos una puerta para la entrada de gérmenes.
-Despegar la ropa o cualquier otro elemento que esté pegado a la piel.
-Dejar sola a la víctima. En caso de tener que ir a pedir ayuda, la llevaremos con nosotros, siempre que sus lesiones lo permitan.
-Apagar las llamas de la persona con agua. Siempre se deben apagar haciendo que ruede o cubriéndolas.
Estado de shock
Un estado de shock puede ser consecuencia de un trauma, un golpe de calor, la pérdida de sangre, una reacción alérgica, una infección grave, un envenenamiento, quemaduras graves u otras causas. Cuando una persona está en estado de shock, sus órganos no están recibiendo suficiente sangre u oxígeno. Si no se trata, esto puede producir daños permanentes en los órganos o la muerte.
Algunos signos y síntomas de que una persona está sufriendo un estado de shock:
-La piel está fría y húmeda. Puede verse de color pálido o gris.
-El pulso es débil y rápido. La respiración puede ser lenta y superficial, o puede ocurrir una hiperventilación (respiración rápida o profunda). La presión sanguínea es inferior a lo normal.
-La persona puede sentir náuseas. Él o ella puede que vomite.
-Los ojos carecen de brillo y mirar fijamente. A veces las pupilas están dilatadas.
-La persona puede estar consciente o inconsciente. Si está consciente, la persona puede sentirse débil o muy débil y confundida. A veces, el estado de shock hace que una persona se ponga demasiado excitada y ansiosa.
Si sospechas que la persona está en estado de shock, incluso si la persona parece que está normal:
-Llama a tu número local de emergencias.
-Haz que la persona se acueste sobre su espalda con los pies más altos que la cabeza. Si al levantar sus piernas le duele o se hace daño, consigue que se quede tumbada y quieta.
-Comprueba si hay signos de circulación (respiración, tos o movimiento) y si no los hay inicia la RCP (la reanimación cardiopulmonar).
-Mantén a la persona caliente y cómoda, aflojando los cinturones o la ropa apretada y que cúbrela con una manta. Incluso si la persona se queja de sed, no le des nada por vía oral.
-Gira a la persona hacia un lado para prevenir la asfixia si la persona vomita o sangra por la boca.
-Busca un botiquín y medicamentos si hay lesiones, tales como sangrados o huesos rotos.
Heridas y hemorragias
Las heridas son lesiones que generan la pérdida de continuidad en la integridad de los tejidos blandos. Por tejidos blandos entendemos piel, músculo, tejido subcutáneo, órganos blandos, tendones, nervios, entre otros.
Pueden producirse por agentes externos (cuchillos, vidrios, latas, etcétera) o agentes internos (hueso fracturado). A su vez encontramos tipos de heridas abiertas y cerradas, simples y complicadas.
Las heridas acarrean dos riesgos que es necesario evitar para que no pasen a mayores: la hemorragia (conlleva al estado de choque) y la infección.
Las heridas son muy frecuentes en todas las personas, quien no ha sufrido alguna, y es necesario saber como mínimo como reaccionar ante ellas y como realizar las curaciones. Como hemos dicho las hay de todo tipo, desde un raspón sin mayores cuidados hasta graves amputaciones que pueden poner la vida en serio peligro.
Cuando estemos ante alguna de las siguientes señales es que existe herida: dolor – hemorragia – destrucción – daño de tejidos blandos.
A continuación describimos los tipos de heridas que pueden afectar nuestro cuerpo:
Abiertas
• Separación de los tejidos blandos
• Mayor posibilidad de infección
Cerradas
• No se observa separación de los tejidos blandos
• Generan hematoma (hemorragia debajo de la piel) o hemorragias en viseras o cavidades.
• Producidas por golpes generalmente
• Requieren atención rápida porque pueden comprometer la función de un órgano o la circulación sanguínea.
Simples
• Afectan únicamente la piel, no alcanzan a comprometer órganos
• Raspones, arañazos, cortes, etc.
Complicadas
• Extensas y profundas con abundante hemorragia.
• Lesiones en músculos, nervios, tendones, órganos internos, vasos sanguíneos y puede o no existir perforación visceral.
Para tratar de forma correcta las heridas leves, los pasos a seguir son los siguientes:
-Evitar el contacto con la sangre para evitar la infección de la herida y para proteger a la persona que interviene. Es fundamental realizar un lavado de manos previo.
-Lo importante es detener la hemorragia. Para ello, tapar y comprimir directamente sobre la herida con una gasa o, en su defecto, con un material limpio y que no suelte pelusa, como por ejemplo un pañuelo.
-Limpiar la herida con agua corriente y fresca a chorro. También se puede limpiar con suero fisiológico si se tiene a mano.
-Secar la piel de alrededor, sin tocar la herida.
-Desinfectar con un antiséptico. La limpieza de la herida se tiene que hacer en círculos, desde el interior hasta el exterior para expulsar posibles cuerpos extraños en el interior. Repetir el proceso una segunda vez.
-Tapar la herida con una gasa (no con algodón, porque pueden quedar fibras en el interior) y esparadrapo para que fije el apósito y evite rozaduras o nuevo sangrado.
-Nunca se debe utilizar directamente sobre la herida alcohol (es irritante y vasodilatador), productos mercuriales (mercurocromo) por sus efectos secundarios, algodón o papel porque dejan restos en la herida ni polvo o pomada con antibióticos, ya que éstas debe indicarlas un profesional.
Otras de las advertencias importantes son: nunca frotar la herida para quitar la suciedad, ni retrasar la asistencia médica en el caso de que sea preciso (el plazo para que se puedan aplicar puntos de sutura en una herida importante es de un máximo de cuatro a seis horas desde que se produce). Tampoco se deben poner vendajes apretados para evitar que sangre, ni cauterizar (quemar) la herida, ni intentar extraer un cuerpo extraño clavado sobre la herida.
Una hemorragia es una salida o derrame de sangre fuera o dentro del organismo como consecuencia de la rotura accidental o espontánea de uno o varios vasos sanguíneos. Toda pérdida de sangre debe ser controlada cuanto antes, sobre todo si es abundante porque en pocos minutos puede ser masiva, ocasionando shock y muerte.
La atención de primeros auxilios contribuye a que este proceso sea efectivo. Esta atención debe ser inmediata.
Se clasifican en: Hemorragias externas e internas.
Actuación ante cualquier tipo de hemorragia.
Tumbar al accidentado en posición horizontal con los miembros inferiores elevados.
Buscar una hemorragia externa, a veces oculta por la ropa, deteniéndola mediante compresión o torniquete.
Arropar al accidentado y evitar cualquier movimiento.
Para hemorragias externas:
-Con el herido tendido se hace compresión local en el punto que sangra, bien con uno o dos dedos o con la palma de la mano, en función de la extensión de la herida.
-Si la hemorragia cesa, procederemos a colocar un vendaje compresivo.
-Si no se detiene, habrá que hacer compresión.
-Aplastar siempre la arteria o vena contra el hueso lo más cerca posible de la herida.
-No aflojar nunca el punto de compresión.
-Mantener al herido echado horizontalmente.
Para hemorragias internas:
-Vigilar al accidentado para detectar signos de colapso como palidez, sed, ansiedad, frío, taquicardia.
-Tumbarlo horizontalmente, abrigarlo y tranquilizarlo.
-Controlar respiración y pulso.
-Los signos y sintomas que te indican que estas ante una hemorragia interna son:
-Palidez extrema del accidentado, sensación de mareo o desvanecimiento, pulso débil o imperceptible, dificultad respiratoria en casos de sangrado torácico, abdomen muy sensible o rígido, distendido, hematomas en diferentes partes del cuerpo, pérdida de sangre por recto o vagina, vómito con sangre, fracturas cerradas y manifestaciones de shock.
Maniobra de Heimlich, Ahogamiento y Maniobra modificada
es un procedimiento de primeros auxilios para desobstruir el conducto respiratorio, normalmente bloqueado por un trozo de alimento o cualquier otro objeto. Es una técnica efectiva para salvar vidas en caso de asfixia por atragantamiento.
La maniobra de Heimlich es llamada así por el Doctor Henry Heimlich, que fue el primero en describirla, en 1974. Éste promovió la técnica como tratamiento para ahogados y ataques de asma.
La asfixia o ahogo se presenta cuando alguien tiene muchos problemas para respirar debido a que alimento, un juguete u otro objeto está obstruyendo la garganta o la tráquea (vías respiratorias).
Las vías respiratorias de una persona que se está asfixiando pueden estar obstruidas de manera tal que el oxígeno no llega a los pulmones. Sin oxígeno, puede presentarse daño cerebral en tan solo 4 a 6 minutos. La administración rápida de primeros auxilios para la asfixia puede salvar una vida.
La compresión o empujes abdominales es una técnica de emergencia para ayudar a despejar las vías respiratorias de una persona.
El procedimiento se realiza en personas que están asfixiándose y que están conscientes.
La mayoría de los expertos no recomienda empujes abdominales para bebés menores de 1 año de edad.
También puede realizarse la maniobra usted mismo.
Primero pregunte: "¿Se está asfixiando? ¿Puede hablar?" NO aplique primeros auxilios si la persona está tosiendo con fuerza y puede hablar. Una tos fuerte puede desalojar el objeto.
Si la persona se está asfixiando, realice las compresiones abdominales de esta manera:
Si la persona está sentada o parada, ubíquese detrás de ella y coloque los brazos alrededor de su cintura. Para un niño, es posible que deba hincarse.
Coloque el puño, con el pulgar hacia adentro, justo por encima del ombligo de la persona. Sujete el puño firmemente con la otra mano.
Realice compresiones rápidas hacia arriba y hacia adentro con sus puños.
Si la persona está acostada boca arriba, ubíquese por encima de ella con una pierna a cado lado. Empuje el puño agarrado hacia arriba y hacia adentro en un movimiento similar al de arriba.
Es posible que se deba repetir el procedimiento varias veces antes de lograr desalojar el objeto. Si los repetidos intentos no logran abrir la vía respiratoria, llame a su número local de emergencias (como el 911 en los Estados Unidos).
Si la persona pierde el conocimiento, comience la reanimación cardiopulmonar.
Si no se siente cómodo realizando las compresiones abdominales, en lugar de eso puede aplicar golpes en la espalda a la persona que se está asfixiando.
Maniobra de obstruccion modificada:
Colócate a horcajadas.
Coloca tu mano dos dedos por arriba de la cicatriz umbilical.
Coloca tu otra mano directamente sobre la primera mano.
Con los dedos entrelazados
Presiona el abdomen 5 veces con movimientos rápidos y ascendentes.
C.A.B.
La reanimación cardiovascular se mantiene en la enseñanza de la medicina como uno de los pilares principales del soporte vital, ya que el paro cardio-respiratorio (PCR) es una de las causas de mayor morbi-mortalidad global, es por ello que en el Centro Latinoamericano de Enseñanza Médica Por Simulación (CLEMPS) se realizan prácticas en base a conceptos y lineamientos internacionales para mantener actualizados a los alumnos en los avances médicos respecto a esta materia, así como desarrollar habilidades necesarias para su práctica profesional y desarrollo de otras áreas psicoafectivas como autoestima, confianza y trabajo en equipo.
Previo a la práctica se realiza una introducción a los alumnos sobre los conceptos básicos de la reanimación, así como la serie de acciones que, en su conjunto, se denominan Cadena de Supervivencia las cuales se ha demostrado que si se realizan correctamente, las posibilidades de supervivencia tras una PCR presenciado extra hospitalaria de entre el 45 al 70% con las menores secuelas posibles.
Se manejan básicamente los lineamientos establecidos por la American Heart Asociation (AHA) 2010, con el Soporte Básico de la Vida (BLS- Basic Life Support) en el cual previamente se manejaba el ABC, por lo que se establecen actualmente los cambios de la cadena de supervivencia a C-A-B con sus siglas en inglés (Circulation or Compression– circulación- compresión, Airway– Vía aerea, Breathing-Ventilación) dela AHA para adultos2 y de la European Resuscitation Council (ERC).
Los eslabones de la actual cadena de supervivencia son 1) el reconocimiento inmediato del paro cardiaco y activación del sistema de respuesta de emergencias, 2) Reanimación Cardio Pulmonar (RCP) precoz con énfasis en las compresiones torácicas, 3) Desfibrilación rápida, 4) Soporte vital avanzado efectivo y 5) cuidados integrados post-paro-cardiaco.
El entrenamiento de los alumnos se inicia en el reconocimiento de PCR e inicio de RCP según éste algoritmo sin el uso aún del Desfibrilador Externo automático (DEA) que se utiliza tanto en el algoritmo de la AHA como en el de la ERC, se anexan los algoritmos en los que los alumnos identificarán las similitudes de los algoritmos de la AHA y de la ERC para realizar una práctica adecuada.
A continuación se anexa el cuadro sinóptico de las recomendaciones de la AHA para el inicio de la RCP
En los cambios actuales del algoritmo se da un énfasis mayor a la circulación, ya que está demostrado que si se mantiene la circulación la supervivencia es mayor así como se reduce el riesgo de secuelas.
V.O.S.
Es un metodo rapido para valorar si el paciente esta consciente o no.
Ver: Miramos el tórax, se eleva o no, si se eleva y baja
respira.
Oir: Con el oído escuchamos el sonido de la
respiración.
Sentir: Con los dedos índice y medio sentimos el pulso
carotídeo
Alerta. Está despierto, habla.
Verbal. Responde al llamado, cuando alzamos la voz y lo llamamos
Dolor. Responde al dolor, le pellizcamos y reacciona con gestos o gruñidos.
Inconsciente. No responde.
R.C.P.
Consiste en intervenciones físicas para crear la circulación artificial aplicando una presión rítmica sobre el pecho del paciente para que el corazón bombee la sangre de forma manual (compresiones de pecho) y por lo general implica también que el rescatador introduce oxígeno en el paciente, aplicando respiración boca a boca o utilizando un dispositivo para inflar los pulmones y pasar de oxígeno en la sangre. Esto se llama respiración artificial. Algunos protocolos de RCP actuales minimizan la importancia de la respiración artificial y se centran en las compresiones en el pecho solamente.
La RCP básica es poco probable que reactive el funcionamiento del corazón, su principal objetivo es mantener un flujo de sangre oxigenada al cerebro y el corazón, lo que retrasa la muerte de los tejidos y aumenta el tiempo disponible para poder practicar una reanimación por profesionales de salud sin que se produzcan dañoos cerebrales permanentes.
La desfibrilación, la administración de una descarga eléctrica al corazón, suele ser necesaria para que el corazón se reinicie y esto sólo funciona en pacientes con un ritmo cardíaco determinado, es decir, la fibrilación ventricular o taquicardia ventricular.
La RCP aplicada en los primeros auxilios es seguida generalmente del soporte vital avanzado (por ejemplo, de un equipo médico o paramédico) hasta que el paciente recupere el ritmo cardíaco (llamado "retorno de la circulación espontánea") o sea declarado muerto.
A continuacion, algunas acciones a realizar en caso de:
Fractura o esguince
Tanto el esguince como la fractura se acompañan de gran dolor e inflamación, pero la impotencia funcional (incapacidad para mover la zona afectada) y la deformidad son propias de las lesiones óseas. Hasta que se descarte una fractura, los esguinces graves se deben tratar como lesiones óseas; sólo la radiografía puede confirmar el diagnóstico.
Dependiendo del aspecto de la fractura externo, vamos a distinguir dos tipos:
Fractura cerrada:en la que el hueso está roto pero la piel ha quedado intacta.
Fractura abierta: en la que el hueso está roto y además la piel ha quedado lesionada.
Dependiendo del aspecto interno del hueso al romperse, distinguimos:
Fractura Oblícua:ractura en ángulo con el eje.
Conminuta: el hueso queda fracturado en muchos fragmentos más o menos pequeños.
Espiral: la fractura gira alrededor del eje del hueso.
En tallo verde:el hueso se ha fracturado de forma incompleta, sólo se dobla.
Síntomas de las fracturas
Las características de una fractura son:
Dolor intenso, que además aumentará conforme intentemos mover la zona.
Deformidad de la parte del cuerpo lesionada.
Amoratamiento o enrojecimiento de la zona afectada.
Incapacidad de movimiento.
Hinchazón.
Primeros Auxilios en caso de fractura
Si nos encontramos en una situación en la que una persona ha sufrido una fractura, lo primero que haremos será calmar a la víctima para que sea más fácil lograr los siguientes pasos:
Le retiraremos los anillos, pulseras, relojes o todo aquello que se encuentre en el miembro afectado y que al hincharse pueda causar más dolor o dificulte la inmovilización del miembro.
Inmovilizaremos la fractura, colocando un cabestrillo o entablillando el miembro. Para esto podemos utilizar un periódico enrollado o tablillas de madera. Se deberá inmovilizar el hueso lesionado tanto por encima como por debajo.
Si la piel presenta ruptura, y por tanto nos encontramos ante una fractura del tipo abierta, para prevenir que se infecte, se deberá tratar de inmediato. La enjuagaremos suavemente para retirar todo aquello que la pueda contaminar tratando de no frotarla con demasiada fuerza.
La cubriremos con alguna gasa estéril.
Quemadura
es una lesión en la piel debido al contacto o exposición de un agente peligroso, como son el calor, el frío, la electricidad, las radiaciones del sol o ciertos productos químicos.
El cuerpo humano tolera temperaturas de hasta 40º C; por encima se pierde la capacidad natural de la piel de regenerarse.
Una quemadura puede ser dolorosa o no, dependiendo de su grado. El grado de una quemadura está determinado por su localización en el cuerpo y por la profundidad a la que llega en la piel.
-Quemaduras de Primer Grado: solo afectan a la capa más superficial de la piel, y se caracterizan por un enrojecimiento de la piel que duele al contacto, comúnmente las encontramos cuando la persona ha tenido una exposición prolongada al sol. Son las más frecuentes de encontrar, sobre todo en el verano.
-Quemaduras de Segundo Grado: son un poco más profundas, y su característica principal es la aparición de ampollas. Las ampollas son un sistema de defensa ante la quemadura: protege de las infecciones y, con el líquido que contienen, hidratan la herida y ayudan a la cicatrización. Estas quemaduras son muy dolorosas.
-Quemaduras de Tercer Grado: en estas quemaduras podemos ver tejido carbonizado, las terminaciones nerviosas encargadas de transmitir el dolor se destruyen, de ahí que se diga que las quemaduras de tercer grado no duelen.
Estos son algunos de los pasos que debemos llevar a cabo a la hora de tratar de dar primeros auxilios a una persona que presente quemaduras:
-La asistencia inmediata del quemado es sencillamente eliminar la causa de la quemadura: apagar las llamas, retirar el producto químico del contacto con la piel…, todo ello para disminuir la agresión térmica. Para apagar las llamas, se debe hacer que la persona ruede.
-Buscar otras posibles lesiones como hemorragias, fracturas… Se tratará siempre primero la lesión más grave.
-En quemaduras de primer grado, cremas hidratantes y especialmente el aloe vera resultan muy beneficiosas.
-Refrescar la zona quemada: para ello, podemos aplicar agua en abundancia (20-30 minutos) sobre la superficie quemada, evitando que sea muy fría, porque podemos provocarle hipotermia. Previamente, hay que quitar al quemado ropas, joyas y todo aquello que mantenga el calor.
-Envolver la lesión con gasas o paños limpios, humedecidos en agua. El vendaje ha de ser flojo.
Hay ciertas acciones que en ningún caso se deben llevar a cabo, ya que resultarían dañinas para el enfermo:
-Aplicar pomadas, cremas, pasta dentífrica… sobre la quemadura. Sólo agua.
-Enfriar demasiado al paciente, solamente la zona quemada.
-Dar agua, alcohol, analgésicos… por vía oral.
-Romper las ampollas, pues el líquido que contienen protege de la posible infección. Al romperlas abriríamos una puerta para la entrada de gérmenes.
-Despegar la ropa o cualquier otro elemento que esté pegado a la piel.
-Dejar sola a la víctima. En caso de tener que ir a pedir ayuda, la llevaremos con nosotros, siempre que sus lesiones lo permitan.
-Apagar las llamas de la persona con agua. Siempre se deben apagar haciendo que ruede o cubriéndolas.
Estado de shock
Un estado de shock puede ser consecuencia de un trauma, un golpe de calor, la pérdida de sangre, una reacción alérgica, una infección grave, un envenenamiento, quemaduras graves u otras causas. Cuando una persona está en estado de shock, sus órganos no están recibiendo suficiente sangre u oxígeno. Si no se trata, esto puede producir daños permanentes en los órganos o la muerte.
Algunos signos y síntomas de que una persona está sufriendo un estado de shock:
-La piel está fría y húmeda. Puede verse de color pálido o gris.
-El pulso es débil y rápido. La respiración puede ser lenta y superficial, o puede ocurrir una hiperventilación (respiración rápida o profunda). La presión sanguínea es inferior a lo normal.
-La persona puede sentir náuseas. Él o ella puede que vomite.
-Los ojos carecen de brillo y mirar fijamente. A veces las pupilas están dilatadas.
-La persona puede estar consciente o inconsciente. Si está consciente, la persona puede sentirse débil o muy débil y confundida. A veces, el estado de shock hace que una persona se ponga demasiado excitada y ansiosa.
Si sospechas que la persona está en estado de shock, incluso si la persona parece que está normal:
-Llama a tu número local de emergencias.
-Haz que la persona se acueste sobre su espalda con los pies más altos que la cabeza. Si al levantar sus piernas le duele o se hace daño, consigue que se quede tumbada y quieta.
-Comprueba si hay signos de circulación (respiración, tos o movimiento) y si no los hay inicia la RCP (la reanimación cardiopulmonar).
-Mantén a la persona caliente y cómoda, aflojando los cinturones o la ropa apretada y que cúbrela con una manta. Incluso si la persona se queja de sed, no le des nada por vía oral.
-Gira a la persona hacia un lado para prevenir la asfixia si la persona vomita o sangra por la boca.
-Busca un botiquín y medicamentos si hay lesiones, tales como sangrados o huesos rotos.
Heridas y hemorragias
Las heridas son lesiones que generan la pérdida de continuidad en la integridad de los tejidos blandos. Por tejidos blandos entendemos piel, músculo, tejido subcutáneo, órganos blandos, tendones, nervios, entre otros.
Pueden producirse por agentes externos (cuchillos, vidrios, latas, etcétera) o agentes internos (hueso fracturado). A su vez encontramos tipos de heridas abiertas y cerradas, simples y complicadas.
Las heridas acarrean dos riesgos que es necesario evitar para que no pasen a mayores: la hemorragia (conlleva al estado de choque) y la infección.
Las heridas son muy frecuentes en todas las personas, quien no ha sufrido alguna, y es necesario saber como mínimo como reaccionar ante ellas y como realizar las curaciones. Como hemos dicho las hay de todo tipo, desde un raspón sin mayores cuidados hasta graves amputaciones que pueden poner la vida en serio peligro.
Cuando estemos ante alguna de las siguientes señales es que existe herida: dolor – hemorragia – destrucción – daño de tejidos blandos.
A continuación describimos los tipos de heridas que pueden afectar nuestro cuerpo:
Abiertas
• Separación de los tejidos blandos
• Mayor posibilidad de infección
Cerradas
• No se observa separación de los tejidos blandos
• Generan hematoma (hemorragia debajo de la piel) o hemorragias en viseras o cavidades.
• Producidas por golpes generalmente
• Requieren atención rápida porque pueden comprometer la función de un órgano o la circulación sanguínea.
Simples
• Afectan únicamente la piel, no alcanzan a comprometer órganos
• Raspones, arañazos, cortes, etc.
Complicadas
• Extensas y profundas con abundante hemorragia.
• Lesiones en músculos, nervios, tendones, órganos internos, vasos sanguíneos y puede o no existir perforación visceral.
Para tratar de forma correcta las heridas leves, los pasos a seguir son los siguientes:
-Evitar el contacto con la sangre para evitar la infección de la herida y para proteger a la persona que interviene. Es fundamental realizar un lavado de manos previo.
-Lo importante es detener la hemorragia. Para ello, tapar y comprimir directamente sobre la herida con una gasa o, en su defecto, con un material limpio y que no suelte pelusa, como por ejemplo un pañuelo.
-Limpiar la herida con agua corriente y fresca a chorro. También se puede limpiar con suero fisiológico si se tiene a mano.
-Secar la piel de alrededor, sin tocar la herida.
-Desinfectar con un antiséptico. La limpieza de la herida se tiene que hacer en círculos, desde el interior hasta el exterior para expulsar posibles cuerpos extraños en el interior. Repetir el proceso una segunda vez.
-Tapar la herida con una gasa (no con algodón, porque pueden quedar fibras en el interior) y esparadrapo para que fije el apósito y evite rozaduras o nuevo sangrado.
-Nunca se debe utilizar directamente sobre la herida alcohol (es irritante y vasodilatador), productos mercuriales (mercurocromo) por sus efectos secundarios, algodón o papel porque dejan restos en la herida ni polvo o pomada con antibióticos, ya que éstas debe indicarlas un profesional.
Otras de las advertencias importantes son: nunca frotar la herida para quitar la suciedad, ni retrasar la asistencia médica en el caso de que sea preciso (el plazo para que se puedan aplicar puntos de sutura en una herida importante es de un máximo de cuatro a seis horas desde que se produce). Tampoco se deben poner vendajes apretados para evitar que sangre, ni cauterizar (quemar) la herida, ni intentar extraer un cuerpo extraño clavado sobre la herida.
Una hemorragia es una salida o derrame de sangre fuera o dentro del organismo como consecuencia de la rotura accidental o espontánea de uno o varios vasos sanguíneos. Toda pérdida de sangre debe ser controlada cuanto antes, sobre todo si es abundante porque en pocos minutos puede ser masiva, ocasionando shock y muerte.
La atención de primeros auxilios contribuye a que este proceso sea efectivo. Esta atención debe ser inmediata.
Se clasifican en: Hemorragias externas e internas.
Actuación ante cualquier tipo de hemorragia.
Tumbar al accidentado en posición horizontal con los miembros inferiores elevados.
Buscar una hemorragia externa, a veces oculta por la ropa, deteniéndola mediante compresión o torniquete.
Arropar al accidentado y evitar cualquier movimiento.
Para hemorragias externas:
-Con el herido tendido se hace compresión local en el punto que sangra, bien con uno o dos dedos o con la palma de la mano, en función de la extensión de la herida.
-Si la hemorragia cesa, procederemos a colocar un vendaje compresivo.
-Si no se detiene, habrá que hacer compresión.
-Aplastar siempre la arteria o vena contra el hueso lo más cerca posible de la herida.
-No aflojar nunca el punto de compresión.
-Mantener al herido echado horizontalmente.
Para hemorragias internas:
-Vigilar al accidentado para detectar signos de colapso como palidez, sed, ansiedad, frío, taquicardia.
-Tumbarlo horizontalmente, abrigarlo y tranquilizarlo.
-Controlar respiración y pulso.
-Los signos y sintomas que te indican que estas ante una hemorragia interna son:
-Palidez extrema del accidentado, sensación de mareo o desvanecimiento, pulso débil o imperceptible, dificultad respiratoria en casos de sangrado torácico, abdomen muy sensible o rígido, distendido, hematomas en diferentes partes del cuerpo, pérdida de sangre por recto o vagina, vómito con sangre, fracturas cerradas y manifestaciones de shock.
Maniobra de Heimlich, Ahogamiento y Maniobra modificada
es un procedimiento de primeros auxilios para desobstruir el conducto respiratorio, normalmente bloqueado por un trozo de alimento o cualquier otro objeto. Es una técnica efectiva para salvar vidas en caso de asfixia por atragantamiento.
La maniobra de Heimlich es llamada así por el Doctor Henry Heimlich, que fue el primero en describirla, en 1974. Éste promovió la técnica como tratamiento para ahogados y ataques de asma.
La asfixia o ahogo se presenta cuando alguien tiene muchos problemas para respirar debido a que alimento, un juguete u otro objeto está obstruyendo la garganta o la tráquea (vías respiratorias).
Las vías respiratorias de una persona que se está asfixiando pueden estar obstruidas de manera tal que el oxígeno no llega a los pulmones. Sin oxígeno, puede presentarse daño cerebral en tan solo 4 a 6 minutos. La administración rápida de primeros auxilios para la asfixia puede salvar una vida.
La compresión o empujes abdominales es una técnica de emergencia para ayudar a despejar las vías respiratorias de una persona.
El procedimiento se realiza en personas que están asfixiándose y que están conscientes.
La mayoría de los expertos no recomienda empujes abdominales para bebés menores de 1 año de edad.
También puede realizarse la maniobra usted mismo.
Primero pregunte: "¿Se está asfixiando? ¿Puede hablar?" NO aplique primeros auxilios si la persona está tosiendo con fuerza y puede hablar. Una tos fuerte puede desalojar el objeto.
Si la persona se está asfixiando, realice las compresiones abdominales de esta manera:
Si la persona está sentada o parada, ubíquese detrás de ella y coloque los brazos alrededor de su cintura. Para un niño, es posible que deba hincarse.
Coloque el puño, con el pulgar hacia adentro, justo por encima del ombligo de la persona. Sujete el puño firmemente con la otra mano.
Realice compresiones rápidas hacia arriba y hacia adentro con sus puños.
Si la persona está acostada boca arriba, ubíquese por encima de ella con una pierna a cado lado. Empuje el puño agarrado hacia arriba y hacia adentro en un movimiento similar al de arriba.
Es posible que se deba repetir el procedimiento varias veces antes de lograr desalojar el objeto. Si los repetidos intentos no logran abrir la vía respiratoria, llame a su número local de emergencias (como el 911 en los Estados Unidos).
Si la persona pierde el conocimiento, comience la reanimación cardiopulmonar.
Si no se siente cómodo realizando las compresiones abdominales, en lugar de eso puede aplicar golpes en la espalda a la persona que se está asfixiando.
Maniobra de obstruccion modificada:
Colócate a horcajadas.
Coloca tu mano dos dedos por arriba de la cicatriz umbilical.
Coloca tu otra mano directamente sobre la primera mano.
Con los dedos entrelazados
Presiona el abdomen 5 veces con movimientos rápidos y ascendentes.
C.A.B.
La reanimación cardiovascular se mantiene en la enseñanza de la medicina como uno de los pilares principales del soporte vital, ya que el paro cardio-respiratorio (PCR) es una de las causas de mayor morbi-mortalidad global, es por ello que en el Centro Latinoamericano de Enseñanza Médica Por Simulación (CLEMPS) se realizan prácticas en base a conceptos y lineamientos internacionales para mantener actualizados a los alumnos en los avances médicos respecto a esta materia, así como desarrollar habilidades necesarias para su práctica profesional y desarrollo de otras áreas psicoafectivas como autoestima, confianza y trabajo en equipo.
Previo a la práctica se realiza una introducción a los alumnos sobre los conceptos básicos de la reanimación, así como la serie de acciones que, en su conjunto, se denominan Cadena de Supervivencia las cuales se ha demostrado que si se realizan correctamente, las posibilidades de supervivencia tras una PCR presenciado extra hospitalaria de entre el 45 al 70% con las menores secuelas posibles.
Se manejan básicamente los lineamientos establecidos por la American Heart Asociation (AHA) 2010, con el Soporte Básico de la Vida (BLS- Basic Life Support) en el cual previamente se manejaba el ABC, por lo que se establecen actualmente los cambios de la cadena de supervivencia a C-A-B con sus siglas en inglés (Circulation or Compression– circulación- compresión, Airway– Vía aerea, Breathing-Ventilación) dela AHA para adultos2 y de la European Resuscitation Council (ERC).
Los eslabones de la actual cadena de supervivencia son 1) el reconocimiento inmediato del paro cardiaco y activación del sistema de respuesta de emergencias, 2) Reanimación Cardio Pulmonar (RCP) precoz con énfasis en las compresiones torácicas, 3) Desfibrilación rápida, 4) Soporte vital avanzado efectivo y 5) cuidados integrados post-paro-cardiaco.
El entrenamiento de los alumnos se inicia en el reconocimiento de PCR e inicio de RCP según éste algoritmo sin el uso aún del Desfibrilador Externo automático (DEA) que se utiliza tanto en el algoritmo de la AHA como en el de la ERC, se anexan los algoritmos en los que los alumnos identificarán las similitudes de los algoritmos de la AHA y de la ERC para realizar una práctica adecuada.
A continuación se anexa el cuadro sinóptico de las recomendaciones de la AHA para el inicio de la RCP
En los cambios actuales del algoritmo se da un énfasis mayor a la circulación, ya que está demostrado que si se mantiene la circulación la supervivencia es mayor así como se reduce el riesgo de secuelas.
V.O.S.
Es un metodo rapido para valorar si el paciente esta consciente o no.
Ver: Miramos el tórax, se eleva o no, si se eleva y baja
respira.
Oir: Con el oído escuchamos el sonido de la
respiración.
Sentir: Con los dedos índice y medio sentimos el pulso
carotídeo
Alerta. Está despierto, habla.
Verbal. Responde al llamado, cuando alzamos la voz y lo llamamos
Dolor. Responde al dolor, le pellizcamos y reacciona con gestos o gruñidos.
Inconsciente. No responde.
R.C.P.
Consiste en intervenciones físicas para crear la circulación artificial aplicando una presión rítmica sobre el pecho del paciente para que el corazón bombee la sangre de forma manual (compresiones de pecho) y por lo general implica también que el rescatador introduce oxígeno en el paciente, aplicando respiración boca a boca o utilizando un dispositivo para inflar los pulmones y pasar de oxígeno en la sangre. Esto se llama respiración artificial. Algunos protocolos de RCP actuales minimizan la importancia de la respiración artificial y se centran en las compresiones en el pecho solamente.
La RCP básica es poco probable que reactive el funcionamiento del corazón, su principal objetivo es mantener un flujo de sangre oxigenada al cerebro y el corazón, lo que retrasa la muerte de los tejidos y aumenta el tiempo disponible para poder practicar una reanimación por profesionales de salud sin que se produzcan dañoos cerebrales permanentes.
La desfibrilación, la administración de una descarga eléctrica al corazón, suele ser necesaria para que el corazón se reinicie y esto sólo funciona en pacientes con un ritmo cardíaco determinado, es decir, la fibrilación ventricular o taquicardia ventricular.
La RCP aplicada en los primeros auxilios es seguida generalmente del soporte vital avanzado (por ejemplo, de un equipo médico o paramédico) hasta que el paciente recupere el ritmo cardíaco (llamado "retorno de la circulación espontánea") o sea declarado muerto.